Todos sabemos que La Ley de Atracción no distingue entre nuestros pensamientos positivos y negativos. Es decir, si estamos preocupados por nuestra situación económica, pensando “ No quiero tener deudas”, “ no quiero perder mi empleo”, “no quiero ser un don nadie” y le añadimos tanta emoción a nuestros pensamientos que sin darnos cuenta atraemos más y más de lo mismo.
A La Ley de Atracción le da igual si percibimos algo como bueno o malo, si lo queremos o no lo queremos, simplemente responde a nuestros pensamientos y atrae a nuestra vida aquellas imágenes que mantenemos en nuestra mente.
¿Te has preguntado alguna vez, por qué sucede esto? Si nosotros Sí, sabemos distinguir entre bueno y malo, entre positivo y negativo; ¿ Cómo es que La ley de Atracción, La Ley Natural del Universo, no entiende de eso?
La respuesta la tiene nuestra mente.
Todos nuestros pensamientos y todo aquello que decimos, nuestra mente lo traduce en imágenes. Con otras palabras: Nuestra mente piensa en imágenes. De hecho la gran mayoría de las palabras que utilizamos en nuestro dialogo interno y antes de expresar una idea de manera hablada o escrita, existen sólo como una imagen sensorial en nuestra mente. Si yo te digo ahora “manzana roja” al leer estas palabras tu mente en decimos de segundos ya ha traducido “manzana roja” en una imagen. Lo mismo sucede con palabras que en un principio no tienen sentido, como por ejemplo “manzana azul”, tu parte racional de cerebro si que entiende de que esas palabras no tienen sentido, las manzanas azules no existen, pero a tu mente subconsciente no le ha resultado nada difícil “dibujar” una imagen de “manzana azul”.
Entonces,¿ Qué imagen tiene la palabra “ No”?
Cuando utilizamos expresiones con la palabra “No”- “ no quiero hacer el ridículo”, “ no quiero tener miedo”…, lo único que estamos consiguiendo es dibujar en nuestra mente aquello que pretendemos negar. Nuestra mente ignora totalmente la palabra “No”. Cuando piensas “ no quiero tener miedo” tu subconsciente traduce tus pensamientos en imágenes de ti mismo asustado por tus propios miedos.
Vamos a probar hacer un ejercicio muy sencillo:
Imagina el mar. Piensa en el mar azul, tranquilo y infinito, obsérvalo claramente en tu mente mientras sigues leyendo. Imagina que estás frente a este mar azul, contempla su infinito. Mientras sigues leyendo trata de mantener esa imagen presente en tu mente. Concéntrate en su inmensidad y su color azul.
Ahora quiero que no veas un barco blanco en medio del mar. No hay un barco blanco en ese mar. Concéntrate de verdad, cierra los ojos y concéntrate en este mar hermoso y azul, ten mucho cuidado de no ver el barco blanco.
Estoy seguro que viste el barco blanco en medio del mar. Eso sucede porque tu subconsciente ignora la palabra “NO” y crea imágenes convirtiendo la orden en una orden positiva: “ no veas barco blanco” - “ ve barco blanco”.
Y es por eso que nuestros hijos no obedecen a nuestras ordenes negativas: “ No grites”, “ no dibujes en la pared”, “ no des portazos a la puerta”. Pensamos que no entienden lo que les estamos diciendo o simplemente no quieren portarse de modo que les pedimos, porque son niños rebeldes. La realidad es que cada vez que le damos una orden negativa a un niño, estamos ayudándole a enfocarse más en la misma imagen de lo que está haciendo. “ No dibujes en la pared” - “ dibuja en la pared”. Es importante cambiar esa orden por otra positiva: “ vamos a dibujar en un papel”. La imagen que estás transmitiendo al niño es totalmente distinta.
Por eso es muy importante cuidar nuestro dialogo interior, para que ese no se convierta en un obstáculo en nuestro camino hacía el logro de nuestros sueños. Tenemos que aprender a utilizar las palabras que dibujen las imágenes de los resultados que deseamos obtener. Ya que atraemos aquello que podemos visualizar claramente en nuestra mente.
“ Las palabras, ya sean habladas o escritas, no parecen jugar ningún papel en el mecanismo de formación de mis pensamientos. El lenguaje que parece prevalecer en la articulación de pensamientos son ciertos símbolos e imágenes que pueden ser reproducidas y combinadas a voluntad”. Albert Einstein.
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