Presionados por nuestra sociedad hacia la autoexigencia, el perfeccionismo y la competitividad en distintos roles de nuestra vida queremos hacer las cosas demasiado bien.
Nuestra obsesión por lo perfecto muchas veces impulsada por nuestros propios miedos al fracaso, al ridículo, a las criticas y al rechazo nos conduce, en ocasiones, a comportamientos de comprobación, revisión y repaso que se convierten en manías que nos limitan a la hora de realizar una tarea.
Tenemos que ser concientes que es imposible controlar todos los elementos de nuestra vida, eliminar todas las dudas e incertidumbres. Perseguir “lo mejor” solo nos lleva a la obsesión, a la preocupación, a la ansiedad y al bloqueo. En cambio, reflexionar sobre cualquier creencia que nos hace actuar de una forma, reconocerlo y asumir nuestra propia responsabilidad conduce a la tranquilidad, a la eficacia y al equilibrio.
Lo mejor es enemigo de lo bueno.
Es preferible arriesgarse a cometer algún pequeño error pero hacer las cosas con fluidez y sin demora, que asegurarse constantemente de que todo esté perfecto antes de darlo por terminado.
Alimentar la confianza.
Tenemos que aprender a aceptarse incondicionalmente y a querernos, valorar nuestros deseos aun que no coincidan con los de los demás. Despreocuparnos del “ que dirán”. Lo importante no es la opinión ajena sobre nuestras acciones, sino nuestra propia seguridad al decir o hacer lo correcto y lo apropiado.
Tenemos que darnos permiso a nosotros mismos a aprobarse y autorizarse, sin pedirlo a los demás. Es nuestra responsabilidad y no de otra persona lo que hacemos o dejamos de hacer.
Superar los miedos.
Tenemos miedo de ser excluidos o juzgados, cuando en realidad somos nosotros mismos quien está censurándose. Cuando tenemos la necesidad dependiente de ser aprobados, en realidad, tenemos el miedo a Ser, a mostrarnos a los demás tal y como somos, el miedo a ser diferente. Estos miedos destruyen nuestra capacidad de imaginar, la confianza en nosotros mismos y la iniciativa.
En lugar de observarnos continuamente, de juzgar si lo que se hace o se dice es adecuado o no, si es correcto o equivocado, podemos elegir abrirse y expresar nuestra singularidad, venciendo nuestros temores.
Ejercicio para vencer los miedos.
Exponerse gradualmente a los propios miedos e ir aumentando la dificultad de las situaciones temidas conforme se gana en seguridad genera la base para superarlos. Una forma de hacerlo es seguir estos pasos:
1. Haz una lista de las situaciones que evitas o que te producen malestar por ansiedad o miedo.
2. Ordénalas de menor a mayor dificultad a la hora de enfrentarte con cada una de ellas.
3. Empieza por la más sencilla y práctica.
4. No te desanimes si te sientes ansioso. Es normal al intentar algo nuevo para ti. Estas aprendiendo a enfrentarte a tus miedos en lugar de evitarlos.
5. Repítela hasta que la manejes sin dificultad.
6. Pasa más adelante a la siguiente situación.
“¿Cómo saber que lo que hacemos esta bien? ¿Cómo saber que nuestro camino es el correcto? No podemos saberlo, y sin embargo seguimos adelante porque solamente podemos confiar en nuestro corazón y en que estamos en el camino correcto, por que solo así llegaremos a la meta deseada”.
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1 comentario:
Creo que es eso lo que andaba buscando. muchas gracias por la dedicacion y buena voluntad.
la imagen del tema esta muy bien elegida. me imagino cuanto tiempo has gastado en buscarla :)
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