lunes, 9 de febrero de 2009

Dueño de tu tiempo. Disminuir el ritmo. Parte II.

Las personas que vivimos en países industrializados aceptamos las prisas como algo natural.
Vivimos presionados por las nociones de “comenzar”, “hacer”, “terminar”…

Y cuando conseguimos liberar un poco de nuestro tiempo de tareas rutinarias, encontramos nuevas tareas y actividades, hasta el punto de volver a necesitar más tiempo. Siempre vamos faltos de tiempo, de no tener suficiente.

Por eso es muy importante aprender establecer prioridades, aprender amigarse con el tiempo.
Tomemos el simple ejemplo del despertar por las mañanas.
¿ Cómo empezamos el día cuando nos despertamos por nuestra cuenta ? ¿ Y cuando nos despierta el despertador ?

Los pensamientos condicionan enormemente nuestra experiencia y nuestro comportamiento. La manera en que nos relacionamos con el tiempo es crucial. ¿ Es un amigo o un enemigo ? ¿ Tenemos mucho o poco ? ¿ Es rígido o flexible ?

El tiempo siempre se renueva, siempre y cuando no pensemos que se nos está agotando. El escritor Mark Twain dijo: “ Hoy es el mañana que ayer te preocupaba."

Decidiendo nuestras prioridades podemos amigarnos con el tiempo. Podemos preguntarnos, por ejemplo:
“ ¿ Qué me hace feliz?” Y si somos capaces de incluir la respuesta a lo largo del día, seguro que al caer la noche no nos sentiremos traicionados.
¿ Acaso pensamos en el tiempo cuando, después de haber subido a una montaña nos detenemos en la cima para admirar el paisaje ? ¿ Acaso el tiempo transcurre del mismo modo cuando estamos encantados conversando con un amigo entrañable, o escuchando la música a solas,?
Tratemos de pensar en aquellos momentos en los que no hemos sido conscientes del paso del tiempo: ¿ Dónde estábamos ? ¿ Qué hacíamos ? ¿ Cómo nos sentíamos ?
Cuando disminuimos el ritmo, obtenemos importantes beneficios, en especial para nuestra salud.
Cuando estamos en contacto con nuestros ritmos naturales, nos es más fácil trascender el tiempo.

Una manera de conseguirlo es meditar, tomar un descanso en la naturaleza, experimentar la belleza, escuchar música o leer un libro. Estas practicas nos brindan un sentido amplio del tiempo.

Cuando conseguimos salir de nuestra vida agitada y dominada por el reloj, nos relajamos mental y espiritualmente. Unas cortas vacaciones alejados de ese tiempo que marca el reloj nos permiten sentirnos menos oprimidos.

“Utilicemos el tiempo como herramienta, no como vehículo.” John F. Kenedy

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