miércoles, 4 de marzo de 2009

Mi Negocio no prospera. ¿ Debo hacer afirmaciones ?

Veo que muchas personas buscan afirmaciones para Negocios, para atraer clientes y para aumentar ventas.

Por eso hoy voy a dedicar un pequeño espacio para los Negocios, afirmaciones y un principio universal, el que se utiliza en cualquier área de la vida.

Creo que hay que tener muy claro, que las afirmaciones no sirven para cumplir nuestros deseos, sino nos acercan a ellos. La principal función de una afirmación es alterar nuestro subconsciente, nuestras creencias guardadas sobre nosotros mismos y lo que nos rodea y sustituirlas por otras nuevas y más constructivas.

Pero si solo depositaremos nuestra confianza en que haciendo afirmaciones vamos a ser ricos y exitosos - solo crearemos una dependencia y adicción; con otras palabras - Apego.

Hacer afirmaciones y visualizar aquello que deseamos con nuestro Negocio, para acostumbrar nuestra mente y familiarizarla con el éxito, riqueza y abundancia - es solo completar el primer paso de un principio universal.
En este artículo ya he explicado como debe ser una afirmación.

Ahora solo necesitas pensar lo que realmente quieres conseguir y a donde llegar con tu Negocio y construir tus propias afirmaciones. Una afirmación propia siempre es mucho más “poderosa” que copiada de alguien.

Pero si realmente deseas tener un Negocio exitoso tienes que completar tres pasos de un principio universal ( aplicable a cualquier área de la vida ).

1. Comienza por lo que quieres conseguir e imagina mejor resultado posible ( afirmaciones, visualización creativa ). Establecer metas.

2. Haz un inventario. Averigua de que dispones en este momento. Ése será el punto de partida. ¿ Como es tu situación actual ? ¿ Qué tienes y que te falta ? ( Análisis de tus fuerzas y debilidades - en los Negocios llamado “Análisis DAFO”).

3. Desarrollar estrategias para alcanzar tus metas y trabajar cada día sobre ello paso a paso.

- Sigue capacitándote y aprendiendo algo nuevo sobre los Negocios.

- Confía en tus talentos y capacidades.

- Confía en tus ideas inspiradas y llévalas a la practica.

- Alimenta tu motivación.

- Da la cara a tus miedos.

- Desarrolla nuevas estrategias, se creativo, innova, crea la diferencia.

"Tu naciste siendo un ganador pero para ganar debes planear ganar, estar preparado para ganar y esperar ganar." Zig Ziglar.

domingo, 1 de marzo de 2009

Aceptar lo desconocido. La sabiduría de la incertidumbre.

El miedo a lo desconocido es común al ser humano. Preferimos malo conocido que bueno por conocer.

Y no nos damos cuenta que la incertidumbre es un motor de nuestra evolución y resulta imprescindible para el desarrollo de la mente.

Y como cuenta Deepak Chopra en su libro “ Las siete leyes espirituales”- La gente busca constantemente la seguridad, pero aun que la persiguen durante toda su vida no la encuentran jamás.

La búsqueda de seguridad es una ilusión. La búsqueda de seguridad es el apego a lo conocido. Lo conocido - es el pasado. En el pasado no hay evolución. Y cuando no hay evolución sobrevienen el estancamiento, el desorden, el caos y la decadencia.

La incertidumbre, por otra parte, es el suelo fértil de la creatividad pura y de la libertad. La incertidumbre es penetrar en lo desconocido en cada momento de nuestra existencia.

Lo desconocido es el campo de todas las posibilidades, siempre fresco, siempre nuevo, siempre abierto a la creación de nuevas manifestaciones.

Sin la incertidumbre y sin lo desconocido la vida es solo una vil repetición de recuerdos gastados. Nos convertimos en víctimas del pasado, y nuestro torturador de hoy es el Yo que ha quedado de ayer.

Aceptando lo desconocido entraremos en el campo de todas las posibilidades. Y en cada momento de nuestra vida habrá emoción, aventura, misterio. Experimentaremos la alegría de vivir, la magia, la celebración, el júbilo.

Aceptando lo desconocido con creatividad, buscando nuevos retos y conocimientos mantendremos nuestra mente sana. Nuestra mente necesita de la incertidumbre para existir, para mantenerse en forma, para gozar e, incluso, para no sufrir.

Aceptar significa permitir que los hechos se desarrollen a tu alrededor y reaccionar espontáneamente a ellos sin suprimirlos.

Resistir significa tratar de cambiar los hechos, apartándolos de lo que realmente son, y reaccionar ante ellos de maneras familiares y seguras.

La aceptación es saludable, porque te permite despejar cualquier tención.

La resistencia es insaludable, porque acumula frustración, falsas expectativas y deseos no cumplidos.

Lo más cierto de este mundo es que el mundo es incierto.

viernes, 20 de febrero de 2009

Salir del círculo vicioso.

Mucha gente desea cambiar su enfoque actual en relación al dinero y la riqueza, pero no consiguen resultados deseados, por mucho que se esfuerzan en cambiar su manera de pensar. Y es que no es suficiente.

Hay que cambiar la actitud, atreverse a hacer algo nuevo, algo diferente, proponerse a cumplir con los objetivos y metas, proponer retos y desafíos.


Pero la mayoría de la gente se pasa la vida haciendo siempre lo mismo y por eso siguen cosechando los mismos resultados.


Cuando les pides que examinen su rutina diaria, descubren - que hacen las mismas cosas, las mismas actividades, a la misma hora un día tras otro:


Se levantan a la misma hora de siempre, desayunan , van al trabajo, haciendo las mismas cosas de la misma manera. Cuando regresan a casa conversan con la familia sobre los mismos temas de siempre. Y después de un largo día se acuestan con cansancio pensando que mañana tendrán que levantarse temprano para hacer las mismas cosas.


Los fines de semana también se organizan de la misma manera de siempre - los mismos paseos, las mismas comidas, la misma gente. La vida va pasando y su insatisfacción aumenta.
Ellos no ven nuevos horizontes porque piensan que no disponen de tiempo ni energías para tener ideas. Su mente se ha adaptado a su situación vital.


Tenemos dos caminos:


O nos planteamos cambiar para mejorar y dispongamos a hacer las cosas de manera un poco diferente y vayamos asimilando el hábito del cambio y de la mejora continua

O optamos por prolongar nuestras rutinas actuales hasta que adquieran tal profundidad que un día ya no seremos capaces de salir del camino trazado.


Si quieres salir de la rutina actúa de manera diferente. La solución es consolidar el tiempo para usarlo en tareas diferentes. Actividades encaminadas hacia un objetivo diferente, potenciador, dinámico y que representa un desafío benefactor.


Tienes que disponer de tiempo para detenerse y pensar las cosas, para saber hacia donde vas. De esta manera aunque todavía no has formado una estrategia definida, ya estas realizando el cambio que te prepara para desarrollar esa estrategia y cambiar tu vida.


“La rutina es el hábito de renunciar a pensar.” José Ingenieros

lunes, 16 de febrero de 2009

Cambia mentalidad sobre el dinero.

Hace unos días hablé con un hombre que desde hace 40 años juega a la lotería.
El quiere ganar un premio “gordo” para tener seguridad financiera la que nunca logró con su trabajo.

- No lo entiendo, dice el - suelo comprar boletos que aciertan los 3 o 4 últimos números, y siempre me falta uno o dos para ganar un premio grande. Muchas veces estoy a punto de alcanzarlo pero como si alguna fuerza extraña me lo impide. Suelo ganar de 300 a 500 euros al mes con loterías pero nunca he conseguido ganar más.

- ¿ Como te sentirías si ahora tuvieras el dinero que quieres ganar con la lotería ? - le pregunto

- Buff, un problema, me tendría que cambiar de barrio seguramente, tendría que ir a otro sitio donde no me conoce nadie, la gente es envidiosa me podría robar…

- Quizás por eso no tienes el dinero que quieres, le dije yo.

Y es que la razón principal por la que las personas no alcanzan sus metas económicas tiene que ver con las creencias contradictorias que tienen guardadas en su mente.

¿ Qué significa eso ?

Pues, puede ser que tu deseas tener más dinero, pero si tienes la creencia que el dinero en si - es un problema, que si poseerías dinero que deseas la gente te miraría mal, o que serías, con mayor facilidad, objeto de robos o crimines, que si ganas mucho dinero no tendrías tiempo para nada más, que si tuvieras mucho dinero te convertirías en una persona “mala” como lo son casi todos los ricos - eso puede ser el motivo principal el que te frena a la hora de alcanzar dinero que deseas.

Estas ideas con el tiempo se han convertido en creencias que en realidad no tienen ninguna base racional. Este tipo de mentalidad puede actuar como un freno inconsciente hacia la riqueza.

En realidad, ser rico no implica ser mala persona, al igual que ser pobre no implica necesariamente ser bueno. En cuanto al tiempo que hay que dedicar a ganar dinero, no tiene porque ser más del que actualmente dedicas a tu trabajo.
De hecho, hay mucha gente que gana lo imprescindible para vivir y sin embargo dedican todo su tiempo y energía para eso. Y en caso contrario, hay muchos que ganan importantes sumas de dinero de forma honesta, dedicando no obstante, tiempo a su familia, a sus amigos, a sus aficiones y así mismos.

A menudo se piensa que si alguien ha llegado a tener dinero será “ a costa de pisar a otros”;y en realidad muchas veces el origen de grandes fortunas proviene del desarrollo de ideas y actividades que sirven para que la gente viva mejor.

Hay muchas formas de ganar dinero de forma honrada. En realidad las oportunidades son ilimitadas. La única limitación es la mente humana.

Para saber que creencias limitadoras tienes sobre el dinero te aconsejo anotar en un papel en blanco todas las ideas negativas que se te ocurran en relación con la riqueza. Después escribe pensamientos que contrarresten a los primeros de forma razonable. De esta manera conseguirás limpiar tu mente de las resistencias que pueden impedir alcanzar tus metas económicas.

"Cuando oigo a alguien suspirar "La vida es dura", siempre estoy tentado de preguntar: ¿comparada con qué?" Sydney Harris
Artículos relacionados:

jueves, 12 de febrero de 2009

Elige ser optimista.

Todos hemos tenido que pasar por algunas situaciones difíciles en la vida, pero la diferencia está en nuestra forma de afrontarlos. Las personas optimistas se rehacen de sus derrotas y continúan luchando, mientras que las pesimistas se desmoronan, se rinden e incluso, según las circunstancias, pueden caer en la depresión.

Ser optimista no es sinónimo de escapar de los problemas y de intentar engañarse. El optimista ve la realidad con sus luces y sombras, con la creatividad de mejorar lo que se puede.
Saber enfocar lo que nos ocurre de un modo positivo tiene efectos muy beneficiosos, pues el optimismo está relacionado con la alegría, la perseverancia, el éxito e, incluso, la salud física.

Las personas podemos aprender a ser más optimistas y adoptar una actitud positiva en las situaciones difíciles de la vida. Saber ver lo bueno de cada circunstancia nos hará superar con más facilidad las complicaciones y ser más felices.

Solo nosotros podemos elegir ver nuestra realidad con ojos de optimista o pesimista:

Positivo o negativo

- “El negativo es siempre una parte del problema. El positivo es siempre una parte de solución.

- El negativo siempre tiene una excusa. El positivo siempre tiene un proyecto.

- El negativo dice: ése no es mi trabajo. El positivo dice: permíteme hacerlo por ti.

- El negativo ve un problema en cada respuesta. El positivo ve una solución en cada problema.

- El negativo ve siempre oscuridad en medio de la luz. El positivo ve siempre luz en medio de la oscuridad.

- El negativo dice: puede ser posible, pero es muy difícil. El positivo dice: puede ser muy difícil, pero es posible.

- El negativo acepta su destino. El positivo construye su destino.

- El negativo complica lo posible. El positivo simplifica lo complejo.

- El negativo se concentra en no fracasar. El positivo se concentra en ganar.

- El negativo nunca gana. El positivo nunca pierde.” (por Palabras de aliento )
Vale la pena ser optimista y tener una actitud positiva.

“La condición esencialísima para ser optimista, es tener una absoluta confianza en sí mismo.” E.W. Stevens
Artículos relacionados:

lunes, 9 de febrero de 2009

Dueño de tu tiempo. Disminuir el ritmo. Parte II.

Las personas que vivimos en países industrializados aceptamos las prisas como algo natural.
Vivimos presionados por las nociones de “comenzar”, “hacer”, “terminar”…

Y cuando conseguimos liberar un poco de nuestro tiempo de tareas rutinarias, encontramos nuevas tareas y actividades, hasta el punto de volver a necesitar más tiempo. Siempre vamos faltos de tiempo, de no tener suficiente.

Por eso es muy importante aprender establecer prioridades, aprender amigarse con el tiempo.
Tomemos el simple ejemplo del despertar por las mañanas.
¿ Cómo empezamos el día cuando nos despertamos por nuestra cuenta ? ¿ Y cuando nos despierta el despertador ?

Los pensamientos condicionan enormemente nuestra experiencia y nuestro comportamiento. La manera en que nos relacionamos con el tiempo es crucial. ¿ Es un amigo o un enemigo ? ¿ Tenemos mucho o poco ? ¿ Es rígido o flexible ?

El tiempo siempre se renueva, siempre y cuando no pensemos que se nos está agotando. El escritor Mark Twain dijo: “ Hoy es el mañana que ayer te preocupaba."

Decidiendo nuestras prioridades podemos amigarnos con el tiempo. Podemos preguntarnos, por ejemplo:
“ ¿ Qué me hace feliz?” Y si somos capaces de incluir la respuesta a lo largo del día, seguro que al caer la noche no nos sentiremos traicionados.
¿ Acaso pensamos en el tiempo cuando, después de haber subido a una montaña nos detenemos en la cima para admirar el paisaje ? ¿ Acaso el tiempo transcurre del mismo modo cuando estamos encantados conversando con un amigo entrañable, o escuchando la música a solas,?
Tratemos de pensar en aquellos momentos en los que no hemos sido conscientes del paso del tiempo: ¿ Dónde estábamos ? ¿ Qué hacíamos ? ¿ Cómo nos sentíamos ?
Cuando disminuimos el ritmo, obtenemos importantes beneficios, en especial para nuestra salud.
Cuando estamos en contacto con nuestros ritmos naturales, nos es más fácil trascender el tiempo.

Una manera de conseguirlo es meditar, tomar un descanso en la naturaleza, experimentar la belleza, escuchar música o leer un libro. Estas practicas nos brindan un sentido amplio del tiempo.

Cuando conseguimos salir de nuestra vida agitada y dominada por el reloj, nos relajamos mental y espiritualmente. Unas cortas vacaciones alejados de ese tiempo que marca el reloj nos permiten sentirnos menos oprimidos.

“Utilicemos el tiempo como herramienta, no como vehículo.” John F. Kenedy

miércoles, 4 de febrero de 2009

Dueño de tu tiempo. Vidas aceleradas. Parte I.

No sabemos vivir sin estar pendientes de nuestro reloj y constantemente nos quejamos de la falta de tiempo.

Sentimos que nuestras obligaciones nos desbordan y que no llegamos a todo. A pesar de todos los artilugios inventados en el siglo pasado para ahorrar tiempo, nos quejamos hoy más que nunca de su falta.

El sentimiento y la queja - de que carecemos de tiempo es un resultado directo de la actitud materialista que rige nuestras vidas: pensamos que tenemos que acumular experiencias, hacer cosas, tachar actividades hechas de la lista, cumplir con las obligaciones, antes que disfrutar y vivir nuestra vida.

Pensamos, que tenemos que aprovechar cada una de las horas del día; de esta forma, el ritmo de vida se acelera más y más hasta llegar, a menudo, a los limites de nuestras fuerzas.

Tenemos prisa y eso no nos gusta. Además se ha demostrado que, cuando estamos estresados, paradójicamente nuestra prisa nos hace menos eficientes.

Pensamos que, porque no tenemos suficiente tiempo, todas esas cosas son una carga y un penoso recordatorio de que la vida es breve.

Aun así, todos hemos experimentado lo que significa la subjetividad del tiempo: estamos en una reunión que parece llevar dos horas y, cuando miramos el reloj, solo han transcurrido veinte minutos. Estamos de vacaciones y los días parecen pasar en un suspiro.

Y como cuenta Stefan Klein ( Licenciado en Biofísica ) el tiempo que experimentamos de forma subjetiva depende mucho menos de lo que creemos del tiempo exterior que marcan los calendarios y los relojes, puesto que la percepción temporal funciona dentro del cerebro de forma muy distinta a cómo un reloj mide el tiempo.
El reloj cuenta siempre las mismas vibraciones de un oscilador, de un cristal de cuarzo o incluso de un átomo, mientras que nuestro cerebro deduce los minutos y las horas transcurridas por caminos mucho más complejos.

Sin embargo, nuestra cultura no tiene en consideración el tiempo interior. Desde la infancia nos enseñan que el tiempo interior y el de los relojes son uniformes e idénticos. Por eso creemos que nuestra percepción está determinada únicamente por el exterior. Las consecuencias fatales de esta forma de pensar se hacen evidentes en nuestra relación con el estrés.

Por tanto, el hecho de vivir o no bajo presión del tiempo no está determinado, en principio, por el ritmo de vida o el número de compromisos que hayamos adquirido. Se trata, más bien, de en que medida tenemos el sentimiento de control sobre nuestra propia vida.

Con el fin de conseguir una nueva actitud frente al tiempo, necesitamos de nuestra propia motivación - debemos enfrentarnos a las pasiones, a los miedos y a los gustos personales. Nos engañamos a menudo haciéndonos creer que estamos obligados a darnos prisa, siguiendo un ritmo determinado por otros, cuando en realidad, somos nosotros mismos quienes voluntariamente adoptamos un ritmo de vida ajeno como algo propio.

Pero, en cierta medida, mientras nos vamos percatando de esa ilusión, comenzamos a disponer de nuestro propio tiempo: podemos aprender a dejarnos llevar por la corriente del tiempo en lugar de ahogarnos en ella.

“ Amamos lo que no se puede atrapar y que, sin embargo, está siempre presente: el tiempo”.