lunes, 30 de noviembre de 2009

Los 5 principios del cambio positivo.

Edward De Bono, experto en pensamiento creativo, destaca 5 principios del cambio positivo.

¿ Por qué cinco?

Porque en una mano hay cinco dedos y, por lo tanto, es sencillo recordar los 5 principios básicos. La mano también puede servir como símbolo del cambio.

1. Efectividad:
Sin efectividad sólo hay sueños. La efectividad significa disponerse a hacer algo y hacerlo. La efectividad es el “pulgar” de la mano, porque sin el pulgar mano queda inutilizada.

2. Aspectos constructivos:
El rumbo del cambio es positivo y no negativo, constructivo y no destructivo. Esto se representa mediante el índice, porque es el dedo que se emplea para señalar el rumbo y el camino a seguir.

3. Respeto:
El respeto abarca la forma en que nos comportamos con todos los demás seres humanos. El respeto abarca los valores y los sentimientos humanos. Un cambio está hecho por gente, pero también para la gente por lo que el respeto es fundamental. Esto se representa con el dedo mayor, porque éste es el más largo de la mano y el respeto es el principio más importante de todos. Si uno no tiene una actitud positiva hacía los demás ¿ qué sentido tiene ser positivo?

4. Autosuperación:
Todas las personas tienen el derecho y el deber de mejorar. Esto representa tanto la energía del cambio como su objetivo. Una máquina no puede mejorarse por si sola, pero un ser humano sí. Este es el anular. No damos mucha importancia a este dedo, pero está allí siempre. Por lo tanto la autosuperación también debe estar allí.

5. Contribución:
La contribución es la esencia del cambio positivo. No se refiere a lo que podemos esperar o exigir, sino a qué podemos aportar. Si la contribución es tan importante, ¿por qué se representa con el meñique? Para recordarnos que siempre podemos contribuir, aun cuando nuestro aporte sea muy pequeño. De hecho, las pequeñas contribuciones se acumulan para lograr grandes efectos.

"No siempre es posible eliminar la causa de un problema, por lo que hay que resolverlo diseñando el camino hacía adelante, aunque la causa permanezca en su sitio." Edward De Bono

Artículos relacionados:
La crisis. Luchar contra la amenaza o aceptar la oportunidad.
¿Qué está detras de un problema? Los ojos que ven más allá.
Salir del círculo vicioso.
Aceptar lo desconocido. La sabiduría de la incertidumbre.
Ayudar a los demás para conseguir el éxito.

martes, 24 de noviembre de 2009

Construir un estado emocional de Entusiasmo, Optimismo, Fe, Confianza en si mismo, Alegría, para todos los días.

El estado emocional ( sentirse bien o mal ) es responsabilidad de cada uno. Solo nosotros podemos gobernar nuestro estado emocional y elegir sentirse bien o sentirse mal.
Nuestro estado emocional debe ser un resultado consciente.

Si una persona se levanta por la mañana y piensa e imagina… en fracaso, en que las cosas saldrán mal, se queja, y dice “no puedooo” - el resultado será una persona sin entusiasmo, sin fe, sin confianza en si misma, pesimista, sin alegría y sin energía.

Solo hay dos opciones:

- O dejar que nuestro cerebro siga gobernándose a si mismo conforme respuestas condicionadas,

- O asumir el control consciente de nuestro pensamiento para construir un estado emocional en el que queremos vivir nuestra vida: entusiasmo, fe, confianza en si, optimismo, alegría.

Si eliges la segunda opción solo necesitas dos cosas:
1. Determinación.
Sentir el compromiso y dar importancia al valor de construir un estado de entusiasmo, fe, confianza en tus fuerzas, optimismo, hoy, mañana, pasado mañana … todos los días.

2. Disciplina.
La disciplina se basa en adquirir hábitos apropiados. Aun que comprendas el gran valor de tener estado emocional “sano”, su importancia en tu vida diaria sin disciplina no podrá generar ningún efecto en tu vida.

Si solo realizamos esfuerzo de ejercer control emocional por un día, para volver al siguiente a la nuestra habitual forma de obrar, entonces, no hemos conseguido ni hemos cambiado nada.
Si en cambio realizamos este esfuerzo día tras día, durante un tiempo ( 1-3 meses ) podríamos observar que ya no somos los mismos.

Ejercicio y un instrumento valioso de Gobierno emocional. ( por Antonhy Robbins autor de “ Poder sin limites” ).

I. DESAYUNO MORAL.
( este ejercicio consiste en deliberada generación de pensamientos, imágenes, sensaciones, sentimientos; justamente en esto consiste el control emocional)

Se realiza en primeras horas de la jornada, en un lugar tranquilo.
Sencillamente, durante ½ hora, tu cerebro va a pensar, generar imágenes y provocar las sensaciones lo que tu voluntad determine.
1. ¿ Cómo me gustaría comportarme para sentirme realmente muy bien y muy orgullos@ de mi mism@?
2. ¿ Qué es lo que tengo que lograr hoy?
Cuáles son tus objetivos que deben lograrse hoy. ¿ Qué es lo que vas hacer para lograr objetivos de hoy ?
Piensa, imagina y siente que puedes hacerlo y que lo vas a hacer.

II. La manipulación deliberada de la fisiología.

A un estado emocional ( bueno o malo ) va ligado un determinado estado fisiológico, esto es, una postura corporal, los gestos, respiración, movimientos, formas de hablar, etc. Así, una persona deprimida, vencida, adopta una postura, gestos, respiración, etc., propias de una persona deprimida.

¿ Qué ocurriría si de repente esta persona deprimida, adopta una fisiología correspondiente a un alegre optimista?, ( porque sí, por capricho si quieres )es decir, levanta los hombros, la cabeza, cambia sus gestos, se mueve con energía y entusiasmo, habla con firmeza, se ríe …

La respuesta te sorprenderá

La depresión desaparece.

Es un hecho … cambia tu fisiología y cambiará tu estado anímico, con esa facilidad.

Actúa “como si”
Como si:
Estuvieras llen@ de optimismo.
Como si:
Estuvieras llen@ de ganas.
Como si:
Estuvieras llen@ de alegría y energía.
Y sobre todo ríe, ríe, ríe.

Y no lo olvides …
“La perfección surgirá a través de la practica. No puede aparecer por el mero hecho de leer las instrucciones.” Napoleón Hill.

Artículos relacionados:
Ecología emocional. Contaminación emocional. Parte I.
Ecología emocional. Los 7 principios para la gestión de conflictos. Parte II.
Conciencia emocional. Vivir las emociones. Parte I.
Conciencia emocional. Liberar las emociones bloqueadas. Parte II.
La confianza en uno mismo.
Elige ser optimista.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Aprender a decir “No”.

Sabemos a la perfección decir “no” a la vida, a los cambios y a lo nuevo por simple hecho de no comprometernos con nosotros mismos y por la costumbre de estar en el lugar “más cómodo” y menos arriesgado, pero
cuántas veces decimos “sí” y nos comprometemos a hacer algo que realmente no queremos, solo para obtener la aprobación del otro, para caer bien, porque debemos ser comprensivos y amables.

Decimos “sí” por miedo de ofender, por miedo a parecer incapaces, por vergüenza, para evitar un enfrentamiento o, incluso, por culpabilidad de no estar ahí para alguien. Entonces nuestro “sí” se convierte en un sí con sumisión.

Ser valiente decir “no” implica que nos atrevemos a perder la posible aprobación que recibiríamos si dijéramos “sí”.
Si al decir “sí” la decisión se basa en algún miedo, tendremos que justificarla, defenderla ante nosotros y ante los demás, pero siempre nos sentiremos inseguros porque nuestro corazón no está ahí.
Se trata de aprender a decir “no” con asertividad, con respeto hacia uno mismo y hacia el otro. Así no necesitaremos justificar ni defender nuestras decisiones.

Decir “no” con asertividad implica que lo hemos reflexionado, que tenemos buenas razones para decir “no” y que esa decisión no va en contra de nadie ni de nada. Es decir, nuestro “no” surge de una energía positiva y no del rechazo o del rencor. Y siempre podemos ofrecer alternativas, soluciones o ideas creativas sin implicarnos nosotros y comprometernos con algo lo que realmente no queremos. Es no dejarse llevar por la inercia, escuchar nuestro corazón y atreverse a decir “no”.

Para decidir, es importante no perder de la vista nuestro sueño, lo que realmente queremos ser; ser conscientes lo que es esencial para nosotros. Desde nuestro espacio de claridad interior, debemos ver cuáles de estas situaciones siguen la dirección de nuestro propósito y cuales nos alejan, cuáles son como espejismos que parecen ofrecer algo apetecible, pero que nos alejarán de lo esencial. Son aquellas oportunidades que parecen más fáciles y que, por pereza, sería más cómodo decir que sí.

La timidez y el déficit de autoestima son problemas añadidos a la hora de decir que no. Pero hay que recordar que tenemos capacidad creativa extraordinaria, debemos confiar en nosotros y cultivar nuestros recursos internos para alcanzar nuestros propósitos. Esto fortalecerá nuestra autoestima y la confianza en uno mismo.
La autoestima es la base para dejar de decir “sí” en las situaciones que sabemos que deberíamos decir “no”.

Solo podemos decir “sí” si lo que nos proponen va acorde con nuestra consciencia y nuestro corazón.
Simplemente tenemos que dejar de vivir en piloto automático y empezar a vivir nuestros sueños incorporando nuestro ideal a cada situación.

"Asertividad es saber decir si cuando hay que decir si, y decir no cuando hay que decir no, una manera de saber elegir y sentirnos libres en todo momento."

Artículos relacionados:
Comunicación inteligente. Hablar sin herir.
La comunicación no verbal.

jueves, 12 de noviembre de 2009

El Amor auténtico.

A menudo confundimos el amor auténtico, aquel que nos permite ser libres y aceptar al otro tal y como es, con el amor romántico o emocional, un querer idealizado que suele crear dependencia y sufrimiento. En cambio, el amor auténtico solo nos enriquece.

Abrirse al amor es abrirse a la energía más poderosa del universo, una energía sanadora y transformadora que cohesiona y une.
Cuando nuestro corazón se ha sentido herido, manipulado, engañado o atrapado, el amor deja de fluir libremente. Queda sumido en la negatividad; se vuelve cínico, desconfiado y vive con una actitud defensiva.
Deja de realizar sus sueños tomándose gris.

El corazón emocional experimenta un vaivén constante de emociones, que van de la pasión al desencanto, del calor al frío. Se deja llevar por impulsos descontrolados que acallan la razón y la inteligencia. Está dominado por hábitos asentados en el deseo y las carencias. Necesita protección y estímulos externos. Es un corazón rojo que se enciende como el fuego, y que al acercarnos puede quemar.

El corazón romántico, el rosa, sueña con la pareja perfecta, que supuestamente satisfará todas sus necesidades. El que posee un corazón de este tipo cambia de relaciones a menudo, ya que sus expectativas nunca se cumplen, y sufre continuamente.

Hacia un corazón de ángel.
Para vivir el amor en libertad hemos de reencontrar el corazón del ángel que todos tenemos, el corazón de luz, el que está unido al alma. Se trata de un corazón tan profundo que no se altera. El cuerpo cambia, la inteligencia varía y la fuerza se debilita, pero los sentimientos puros permanecen.
Para pasar de un corazón gris, rojo o rosa a un corazón de luz hemos de vivir en la verdad del amor y no en sus mitos.

El primero de estos falsos mitos defiende que el amor viene de fuera, cuando en realidad brota de dentro, fluye cuando lo compartimos.

La segunda creencia errónea sostiene que precisamos obtener amor, cuando, en realidad, lo que necesitamos es darlo.

El tercer mito asocia el amor al apego y a la dependencia, lo que nos conduce a la preocupación y al sufrimiento. En el verdadero amor nos sentimos libres y aceptamos al otro tal y como es. No nos preocupamos sino que nos ocupamos y confiamos.

Aprendamos el arte de amar, de ser libres y de dejar ser. El amor puro es incondicional, sanador, fluye libremente y nunca hiere. Para alcanzar este estado en una relación se requiere una gran sabiduría. La mayoría de las personas se aman y se atan. Cuando se pierde la libertad, la felicidad se aleja y sobreviene el malestar.

Para liberarnos de la tendencia a depender de los demás, debemos tener un corazón fuerte, capaz de renunciar al egoísmo; un corazón que no tenga nada que esconder y que, por consiguiente, deje la mente libre y sin ningún temor; un corazón que esté siempre dispuesto a aceptar nueva información y a cambiar de opinión, que no se aferre a creencias cerradas, a datos obsoletos.

Artículo creado en base a las enseñanzas de Miriam Subirana.

martes, 10 de noviembre de 2009

¿Cerebro o corazón?

Por un lado sabemos que la vida sin el calor y la espontaneidad de los impulsos y sentimientos, no vale la pena de ser vivida. Aquello que nos brota espontáneamente buscando el placer y la diversión, responde al impulso del niño libre que todos tenemos en nuestro interior. De él procede la fuerza, la vitalidad, la creatividad y el placer incomparable que nos produce el simple permiso de ser tal como somos. Este permiso nos vuelve espontáneos, entusiastas, exploradores sin barreras ni condicionamientos.

Pero si entregamos nuestra vida solo a este niño, ésta se convierte en un capricho sin sentido. Y entonces empezamos a discriminar aquello que puedo hacer de aquello que me permito hacer, construimos nuestros valores firmes y nuestras creencias, adoptando por el camino juicios, culpas y otras tendencias que nos conducen al malestar.

Queda claro que nuestra vida no puede regirse solamente por nuestras emociones e impulsos, de la misma manera que tampoco podemos atender únicamente a nuestras creencias y valores, sin tener en cuenta cómo estos nos hacen sentir… y es aquí donde se genera un conflicto interno.
Ya que el dominio exclusivo de una de estas facetas de nuestra persona nos condena a la impotencia y no hay logros si una de ellas toma el timón.

Y mientras unos aconsejan buscar un equilibrio, otros dicen que el promedio entre ambas posiciones es una solución “tonta”, ya que la línea es tan estrecha que siempre o no llegamos, o nos pasamos.

Te ha pasado alguna vez, que te levantas por la mañana y te preguntes a ti mismo: “¿Cómo estas hoy?”
- Bien - dice tu cerebro, mientras sientes un pinchazo en el pecho..
- ¿Seguro? Porque yo estoy fatal - dice el corazón.
Vaya, empezamos el día y comienza la “guerra”… buscas la solución y un equilibrio entre tu cerebro y el corazón: los dos tienen sus diferencias y sus razones; quizás si en algunos momentos ceda uno y en otros otro, uno mismo podría estar en paz”. Pero en poco tiempo te das cuenta, que vuelves a estar en un conflicto entre ambos y pierdes el timón de tu propia existencia.

La solución sería tomar la distancia, no dejarse llevar por ninguno de los dos, sino dirigir nosotros nuestros pensamientos y sentimientos. Nosotros tenemos la capacidad suficiente para escoger que pensar y que sentir en cada momento y como responder en cada situación es nuestra fuerza y libertad.
Es desarrollar nuestra firmeza interior, nuestra auténtica capacidad, aprender a responder honestamente ¿ Qué quiero para mí realmente?
Es ser capaces de hacer, en cada momento y ante cada situación que la vida nos plantea, un balance que nos descubra nuestra verdadera riqueza o pobreza circunstancial y, con lo que sea que tengamos entonces, podemos ser más libres y, por su puesto, más felices.

“La mente y el corazón son nuestros receptáculos sagrados: albergan la creación de pensamientos y sentimientos. Cuando estos pensamientos y sentimientos se gestan desde la autenticidad del ser, la fuerza interna se transmite a todos nuestros actos y relaciones.” Miriam Subirana.

Artículos relacionados:
Apuesta por ti.
Sencillamente Ser.
Ser Feliz Ahora.
Buscar equilibrio entre la mente intuitiva y mente racional.
Si un hombre está bien, el mundo estará bien.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Elegir los hábitos. Menos hablar y más hacer.

Hay una frase que dice: “En esta vida, acabamos enseñando lo que más necesitamos aprender” y hay otra de E. Bauermeister que dice: “Con demasiada frecuencia, aquello que leemos y profesamos se convierte en una parte de nuestras bibliotecas y de nuestro vocabulario en lugar de convertirse en una parte de nuestras vidas”.

Esto quiere decir que muchas veces sabemos o pensamos que sabemos que es lo correcto y que no lo es, leemos sobre esto, pensamos, reflexionamos, hablamos de esto compartiendo o enseñando a otras personas… pero sin Hacerlo nosotros mismos.

Entonces ¿ cómo conseguir que, Hacer las cosas se convierta en parte de nuestra vida ?
Por medio del hábito.
Nosotros elegimos nuestros hábitos. Toda la vida moral, es, adquisición y consolidación de hábitos.
Toda virtud es un hábito, todo vicio es un hábito. La diferencia entre un gran hombre y un hombre miserable, es igual a hábitos.
Nosotros somos aquello en que nuestros hábitos nos convierten.
Un hábito siempre se desarrolla a través de la repetición.
Siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un carácter y cosecharás un destino” decía William James.

El secreto para conseguir Hacer las cosas consiste en Actuar.
Pero actuar para Hacer aquello lo que realmente deseamos.
Actuar es no dejar las cosas en la fase de pensar y reflexionar, no es decir “ bueno lo haré mañana con más tranquilidad” ni “ que lo haga el Fulanito, que le toca a el..”

A muchos nos encanta aplazar las cosas y como consecuencia perdemos el tren, llegamos tarde, desaprovechamos oportunidades que podrían cambiar todo el curso de nuestras vidas.

Y actuar es Hacerlo Ahora, es adquirir la costumbre de acción inmediata empezando por las cosas más sencillas y solo entonces pronto adquirimos el hábito de Hacer. Este hábito que tanto echamos de menos en momentos de emergencia o cuando se nos escapa una oportunidad la que no supimos aprovechar.
El hábito de Hacer hay que practicar constantemente, de otro modo, despliega las alas y huye volando.”

El hábito de Hacer las cosas nos despierta mentalmente, cambia la actitud de una persona de negativa a positiva, hace, que un día que tal vez se hubiera echado a perder se convierta en un día agradable.

Una vez pregunté a una persona mayor: ¿cómo es que tenemos ideas brillantes, las compartimos con todo el mundo pero no las aprovechamos nosotros mismos ni hacemos nada con ellas?
El hombre se rió y dijo como siempre la verdad: - nos asustan nuestras mejores ideas y es que hay que tener un poco de audacia para poner en practica una idea no probada. Preferimos regalar ideas a otros, aconsejamos que lo Hagan y nosotros contemplamos sus brillantes resultados.

El hábito de Hacer las cosas es importante factor de automotivación y influye en todas las fases de nuestra vida. Nos ayuda a hacer las cosas que tenemos que hacer y aun que no nos apetecen, impide aplazar un deber desagradable que se nos presenta. Pero también ayuda a hacer las cosas que realmente queremos hacer, aprovechar aquellos valiosos momentos que, cuando se pierden ya nunca se recuperan.

“Es mejor hacer algo y no pagar nada, que pagar cuotas y no hacer nada” W. Clement Stone.

viernes, 6 de noviembre de 2009

16 claves para conseguir éxito en la vida.

Ayer en la consulta del medico con mi hijo, mientras estábamos esperando nuestro turno en la sala de espera, me tocó escuchar una conversación “aburrida” entre dos hombres.
Hablaban de un futbolista famoso…

“- Dicen, que acaba de comprar una casa nueva por X millones de dólares. Solo su dormitorio tiene 100 metros cuadrados, ¿te imaginas? Más grande que mi propia casa - decía uno.
- Ya, dicen, que toda la casa la tiene de mármol - afirmaba otro.
- Ya ves, claro, si cobra cada temporada X millones. Es demasiado, y yo aquí sin un puto duro, - suspiraba primero.”

Es a lo que estamos acostumbrados, hablar de las fortunas de los demás, quejarse y suspirar que la vida es muy injusta.

Porque no sabemos, que nuestra vida y como la vivimos es responsabilidad nuestra y que podemos hacer y ser todo lo que queramos.
No hace falta ser ni un futbolista famoso, ni un actor, ni escritor para conseguir éxito en la vida, sino ser Persona que queremos ser y hacer aquello lo que nos apasiona, lo que nos llena y de lo que disfrutamos.
Desde pequeños ya teníamos un ideal de persona que nos gustaría ser de adultos. ¿ Donde quedó este ideal?
Simplemente se trata de crecimiento y superación personal diaria de uno mismo y por su propio compromiso.

Las personas que han conseguido éxito en la vida destacan 16 claves muy importantes.

1. Ser pretensioso.
Soñar en grande. Abrazar un sueño grande y realmente animarse a sentir el profundo deseo de lograrlo.
Para atreverse a soñar en grande uno tiene que estar armado de coraje, confianza en si mismo, optimismo, fe y muchas ganas de vivir a pleno.

2. Tener un proyecto adecuado.
Hacer un plan detallado con metas y objetivos definidos y estrategias para lograrlo.
Establecer metas, el orden y las fechas.
Establecer objetivos para llegar a cada meta. Objetivos diarios, semanales, mensuales.

3. Después del Plan - Acción.
Si solo soñamos nunca llegaremos a alcanzar nuestras metas. Hay que poner en practica nuestro plan. Empezar a escalar desde el primer escalón cumpliendo objetivos de hoy. Solo hace falta saber que hay que hacer para lograr objetivo de Hoy.

4. Realizar cambios.
No existe ningún plan que no requiera cambios. A los exitosos también les pasa… se desvían del proyecto o siguen el proyecto pero los objetivos no se cumplen.
¿Y qué hacen?
Sin dramatizar, se dan cuenta rápido de lo que pasa y buscan la causa - por qué no se dan los resultados previstos. Proyectan y planifican el cambio. Y de nuevo en acción, con el mismo optimismo y entusiasmo de antes. Y así las veces que haga falta.

5. Seguir aprendiendo lo importante.
Cuando sabemos lo que nos hace falta para lograr nuestras metas, pero no como obtenerlo, hace falta aprender, averiguar, investigar. La mejor manera es estudiar casos en los que otros ya hayan logrado lo mismo.

6. Construir un estado emocional positivo.
Vivir con entusiasmo, optimismo, fe en que las cosas saldrán bien, confiados en si mismos y con alegría, energía y acción intensa todos los días. Es decir… Hoy, Mañana y pasado mañana también.
Para esto hace falta la disciplina y adquirir hábitos apropiados.


7. Ser capaces de seguir creyendo más allá de los fracasos, reveces y obstáculos.
Todos cometemos errores, pero cada error encierra mucha información y por lo tanto aprendizaje.

8. Caer bien a la gente.
No, a todos no. Es imposible. A aquellas personas las que nos acompañan en el camino hacía nuestras metas. Con las que compartimos los mismos ideales, ilusiones, visiones, pensamientos.

9. Tener acuerdos con las personas.
Con alto grado de efectividad saber lograr acuerdos con las personas.

10. Convencer a las personas.
Para lograr acuerdos con las personas, tenemos que convencerlos de que nuestras ideas, visiones y pensamientos son validos.

11. Hacer que otras personas colaboren en nuestro proyecto.
Para seguir avanzando en nuestro proyecto y cumplir con los objetivos en algunos momentos necesitamos de colaboración de otras personas.

12. Acertar en la gente.
Lograr altos porcentajes de aciertos, al elegir las personas para los distintos aportes.

13. Hacer que la gente nos entienda.
Saber lograr en la mayoría de los casos, que nuestros interlocutores entiendan nuestras ideas con precisión.

14. Motivar a los demás.
Ser capaces de despertar el interés en los demás para un trabajo en armonía, respetuoso y efectivo.

15. Pensar con claridad.
Dirigir nuestra vida y nuestro proyecto conscientemente, porque para alcanzar cualquier meta hay que tener claridad.
Si tenemos claridad la energía se mueve en una dirección. Si no tenemos claridad, la energía se mueve en varias direcciones y sin poder pleno.

16. Crear e innovar.
Para poder crecer debemos estar creando e innovando constantemente.

“Antes de que el éxito aparezca en la vida de cualquier hombre es seguro, que éste se encontrará con muchas frustraciones temporales y tal vez con algún fracaso. Cuando la frustración se adueña del hombre, lo más fácil y más lógico que puede hacer es abandonar. Eso es lo que la mayoría de los hombres hace.” Napoleón Hill.

Artículos relacionados:
Marcando objetivos.
Exito... ¿ un camino o un destino?
Ayudar a los demás para conseguir éxito.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Edúcate con los libros.

Todos los individuos que han logrado sus metas y han alcanzado cumplir sus sueños tienen una cosa en común. Todos, absolutamente todos han invertido en su propio conocimiento. La curiosidad y ganas de aprender todo aquello lo que ellos necesitan saber para lograr su meta les impulsa a leer buscando ideas, ejemplos e inspiración.

Es muy obvio: si sabemos lo que queremos, pero no sabemos como conseguirlo, tenemos que buscar maneras de encontrar la respuesta. Y en los libros se puede encontrar la respuesta a cualquier pregunta. Y no es solo esto. Tenemos que alimentar nuestra mente y nuestro espíritu a diario, cuyo alimento son las palabras.
Y si es tan obvio ¿cómo es que la mayoría de las personas sufren de malnutrición espiritual?

Porque no nos gusta lo obvio.

Nosotros no queremos invertir ningún dinero en la adquisición de conocimientos, aun que se tratase de conocimientos para un futuro mejor.

Nosotros no tenemos tiempo, un valor tan escaso, por lo que no podemos dedicar ni siquiera 30 minutos al día para aprender.

Y aun que sabemos de sobra que la educación normal solo nos proporciona resultados normales e ingresos normales, y lo estamos contemplando a diario, no hacemos nada al respecto para cambiar. Porque entonces tendríamos que empezar a sentir pasión por lo obvio y comenzar a autoeducarse.

Historia para reflexionar:
“- John, he descubierto una mina de oro. Tengo tanto oro que ya no sé que hacer con él. Ven y coge todo lo que quieras.
Y John contesta: “Pero no tengo pala”.
- Bien. Pues cómprate una.
Y John dice: ¿Sabes lo que cuesta una pala hoy en día?”


Yo soy un amante de lo obvio. Me encanta leer buscando ideas, ejemplos, experiencias de las personas que han logrado lo que yo quiero conseguir en mi vida. Prefiero perder una comida que mi hora de lectura diaria.
Con un libro mi vida empezó a cambiar.
Con un libro descubrí un tesoro - Crecimiento Personal.
Con un libro pude “diseñar” el camino para lograr mis metas.
Con un libro aprendí a aprender.
Con un libro aprendí que todos los problemas se solucionan y se manejan.

Muchas veces desaprovechamos oportunidades maravillosas por falta de conocimiento.

“La falta de aptitudes, de conocimientos, de vida interior, de valores firmes, de estilo propio de vida, todo ello es el resultado de no leer libros. Recuérdalo: el libro no leído es el único que no te puede ayudar. Nunca podrás leer “demasiados” libros, pero sí demasiado pocos”. Jim Rohn.

Artículos relacionados:
Conocimiento en acción. Alcanza tu meta.
Convertir nuestras aptitudes en talentos.
Salir del círculo vicioso.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Comunicación inteligente. Hablar sin herir.

Comunicarse no es simplemente decir algo. Comunicación lo es todo… mucho más que palabras - es nuestra actitud, poder transmitir lo que sentimos, saber elegir el momento adecuado sin forzar las situaciones, no juzgar, saber escuchar e intuir el nivel de fragilidad del otro.

Cuantos veces hablamos con alguien sin preocuparnos por cómo está y como se siente la otra persona en este preciso momento, por su actitud, por si está fuerte o débil para recibir y comprender aquello lo que queremos comunicar.

Saber comunicarse sin herir al otro nos ayudará a construir relaciones mas abiertas, constructivas y de confianza. No todos somos iguales y no todos aguantamos lo mismo. El umbral de fragilidad es distinto en cada persona y no traspasarlo es crucial para mantener una comunicación beneficiosa, que ayude a crecer.

¿Y cómo podemos saberlo?

Hay gente más dura y gente más frágil. Personas que lo aguantan todo y personas que se rompen a la mínima.
Es difícil ver esto a simple vista, ya que las apariencias engañan. Solo relacionándose con personas podemos saber hasta donde aguantan. Hay personas de aspecto frágil que no lo son en absoluto y otras aparentemente muy fuertes que se desmoronan fácilmente.

También es cierto que cada uno de nosotros, en distintos momentos y por distintas circunstancias, variamos nuestro nivel de fragilidad. Si estamos dolidos, preocupados, si tenemos dentro sentimientos negativos, somos más vulnerables que habitualmente.

Para saber que ocurre y como se siente la otra persona hay que ponerse en su piel, el estado emocional en el que se encuentra se descubre escuchando y dejándola hablar, acercarse poco a poco captando la reacción.

Pistas para hablar sin herir.

Lo que decimos es solo una parte de lo que queremos comunicar.
Todo es comunicación desde que aparecemos hasta que marchamos. Por el mero hecho de estar presentes con una determinada actitud y postura ya estamos comunicando algo. Sabemos decir cosas que no pensamos, pero comunicamos solo lo que sentimos. Los gestos, mirada y actitud son siempre más sinceros que las palabras.

Ponerse al mismo nivel.
Con imperativos, consejos o diciendo las cosas de modo que nos coloquen “por encima del otro” no vamos a conseguir una comunicación abierta.

Acercarse poco a poco.
Buena comunicación es posible incluso con las personas con las que en un principio tenemos menos sintonía, simplemente mirando a otra persona con ojos nuevos, dejando de lado ideas preconcebidas y los sentimientos negativos. El resentimiento, el enfado o la ira nos vuelven demasiado miopes para ser capaces de valorar a nadie de manera justa. No podemos fijarnos solo en los rasgos de la personalidad del otro que nos distancia de el, hay que prestar la atención a aquello lo que nos acerca a otra persona.

Escuchar sin juzgar.
Cuando una persona quiere expresar algo debemos escuchar sin emitir juicios ni interrumpir, eso permitirá que la persona ordene sus ideas, se de cuenta de sus sentimientos, dudas y miedos y se sienta comprendida y acompañada.

“A veces nos cuesta comunicarnos, o nos pasamos o no llegamos. El dialogo equilibrado es aquel que mantiene vivas las relaciones” Ferran Ramon - Cortés.
Artículos relacionados:
La comunicación no verbal.